Conjuntos y coherencias

Tomemos prestada un rato a Elena Anaya (suena bien, ¿verdad?) . Por si alguien no la conoce, aclararé que NO es la de la foto (puede googlearla) y la presentaré: se trata de una actriz española de treinta y cuatro años que siempre estará en nuestro álbum del morbo nacional e internacional gracias a su erótico papel en "Lucía y el sexo" y a la voluptuosa vampira que encarnó en "Van Helsing".

Bueno, pues ahora intenta ponerte en esta situación y sentir lo que sentirías: imagina que te encuentras en una discoteca a Elena Anaya vestida para matar. (Uf...). Imagina entonces que tu don natural con las mujeres, o el alcohol, o lo aprendido en esta web te hace dirigirte a ella y comenzar a charlar. No me digas que es demasiado suponer... ¿O es que nunca le has entrado a una sex-symbol ;-)?

Pues sigue imaginando, porque ella se muestra receptiva. Sin embargo, durante la conversación vas descubriendo que la mujer que tuvo que cerrar el foro de su web oficial debido a la obscenidad de los comentarios que le dejaban, sólo es, en persona, una niña tímida y aburrida. Pero claro, por ahora haces la vista gorda... normal, tío... es Elena Anaya... No vas a ponerte exigente :-P

Luego os vais a su casa, y terminais en la cama. Tampoco en esta situación es difícil situarse... seguro que te has imaginado cosas más difíciles cuando estabas en tu cuarto de baño (no sonrías -¿has probado a hacer estas adivinaciones con las tías? son muy útiles; bueno, a lo que iba, que me pierdo...-). Y entonces, durante el acto, descubres que es (contrariamente a su iconología) tan sumisa como inexperta: tú tienes que tomar la iniciativa y hacerlo todo.

Bien, no voy a dudar que te lo habrías pasado muy bien tirándote a una de las actrices más deseadas de nuestro país. Pero algo ha fallado, ¿verdad? Y no ha sido su actitud en sí. ¿O acaso no te gustaría que te mostrase esa docilidad una angelical criatura inexperta como la de la foto?.

El problema ha sido la decepción. Ella había proyectado una enorme lujuria que después no fue tal, con el consecuente fiasco y la desaparición de gran parte del deseo creado. Su vida no era coherente; o al menos, no con su imagen. Por contra, ese comportamiento sí habría encajado con el tipo de deseo que provoca el aspecto de la chica de la foto .

Si tu vida es real (si no eres un personaje ni un "parche"), si no dejas de ser tú mismo, y simplemente evolucionas sin interpretar ningún papel ni crear de la nada "otra persona", probablemente tu realidad será coherente, porque será auténtica.

No importa cómo seas, siempre habrá tías de cierto nivel a quien gusten los tíos con las virtudes que tú posees (sólo tienes que saber mostrárselas). Lo principal es que el conjunto encaje; sino, puede que no le gustes ni a las de una clase ni a las de otra. Por eso, a veces hay quien habla de "especialización" en un tipo de chicas, ya que ellas también tienen sus "tipos"...

Pero también tiene que ser coherente lo que proyectas (con esa realidad). Pues si hay una disonancia entre lo que transmites (lo que les atrae en principio) y tu auténtica forma de ser, las chicas lo notarán antes o después. Igual que sucedió en el ejemplo de Elena Anaya; la cual, por cierto, lamentablemente hemos de devolver ya. Seguro que en realidad es una chica muy coherente...

Ahora tienes todo un fín de semana para pensar: ¿Hay en tí coherencia? ¿Estás en la órbita de algun "arquetipo" masculino? ¿A qué tías tienes más posibilidades de gustar?

A.P.