¿Qué es ligar?

Para reflexionar sobre la cuestión "cómo ligar", antes deberíamos responder a la pregunta del millón: ¿qué es ligar?

Todos sabemos lo que ese verbo significa según el diccionario, pero... ¿qué supone? No me refiero al proceso, ni a las técnicas, sino a lo que sucede más allá, al motivo por el cual existe atracción entre las personas, y al mecanismo que la provoca. Si unos ligan por su físico, otros por su "labia", otros por su carisma, etc., tenemos ante nosotros un sistema que usa y decodifica muchos canales, y también podríamos suponer que se basa en muchos mecanismos con sus respectivas causas. Por tanto, podría resultar dificil de sintetizar, e incluso surgiría un dilema: ¿acaso hay distintas modalidades de ligue?

NO

Por un lado, la causa es única, y hay que buscarla en la evolución, pues nos atraemos debido al instinto de supervivencia. Por otro, aunque utilice varios medios de transporte que lleven a engaño, el mecanismo también es siempre es el mismo. Los sex-symbol, los intelectuales, los interesantes y los "Maestros" de La Comunidad, han usado todos, quizá sin saberlo y aunque parezca lo contrario, una sola fórmula, la única que existe. Cada uno le ha puesto un envoltorio al regalo, un formato al archivo, y era lo que se dejaba ver; pero en el fondo todos seducían igual: comunicando.

LIGAR ES COMUNICAR

Entonces ahora la cuestión pasaría a ser otra: ¿comunicar qué? ¿y cómo?

No esperes (ya te avisé) una lista de cosas que decir y jueguecitos que hacer (pues no me refiero a ese tipo de comunicación -además, comunicar no implica necesariamente hablar-). Lo que se comunica son cualidades atractivas. ¿Cuáles? Las cualidades que, teniendo en cuenta que la finalidad del proceso es la supervivencia de la especie podrían sintetizarse en ser un buen amante, pareja y padre.

Comunicar, por tanto, tus habilidades físicas (se corresponderán con las de un guerrero y cazador), "mentales" (inteligencia, personalidad, seguridad en uno mismo...) o sociales. Y claro, todos esos rasgos favorables de cara a una selección natural se comunican a través de sus variopintos envoltorios: la imagen (planta, lenguaje no verbal, forma de vestir), la verborrea, el alto nivel cultural, el sentido del humor, la sociabilidad, el status (y me refiero más al liderazgo que a la cuenta corriente), etc.

Su transmisión se enmarca dentro de un ritual de cortejo que favorece la valoración por parte del otro individuo y que los varones hemos ido perdiendo con el paso de los siglos. Pero de él hablaré en futuros post, porque ahora quiero que devuelvas tu atención a la lista de "habilidades" y consiguientes "envoltorios" y la repasases. Si te fijas, el abanico es tan amplio que casi todo el mundo puede presumir de alguno de ellos; y aquí es donde yo quería llegar:

Siempre he pensado que prácticamente todo ser humano, sea chico o chica, y aunque quizá no lo sepa, tiene algo que puede resultar atractivo para el sexo opuesto. Si posee varias cosas, ya es el no va más. Pero una, bien usada (sobre todo con lo mal que está el mercado), suele ser suficiente para empezar.

La clave está en potenciar esos factores, esas virtudes, que envían un mensaje de valía, y minimizar o disimular nuestros defectos, sobre todo si son del tipo que entorpecen directamente a la transmisión de aquellas (como ocurre con la timidez). Ya comenté en el blog anterior que creo en el descubrimiento, desarrollo y aprovechamiento de nuestras cualidades, no en la creación de un alter ego.

Así que ahora piensa... Si todos tenemos algo que ofrecer, que comunicar, que aprovechar (aunque quizá se encuentre todavía escondido) ... ¿Qué tienes tú?

A. P.