Reflexión sobre el Alfismo

Dicen que para ligar hay que ser viril, y, sobre todo, "alfa". Ésto es, mostrar rasgos que se identifiquen con los del macho dominante del grupo: capacidad para ser el centro del atención (por tanto, posición social privilegiada), humor, sociabilidad, lenguaje no verbal adecuado, físico, ropa, etc. En cierto modo, es así; pues estas características gustan a las mujeres. Pero creo que hay que en la interpretación del alfismo hay que tener en cuenta una seria de razonamientos que se pasan por alto.

Veamos: si el macho alfa es el dominante, aquel al que todos siguen, el "líder", obviamente solo puede haber uno por grupo; y será el más capaz, primando el nivel relativo, al margen del nivel absoluto. Por tanto, puede haber varios con nivel sobrado para ser alfas habitualmente, pero encontrarse en el mismo conjunto, y solo uno de ellos sería alfa. Y ésto es así, efectivamente, y se ve. Pero entonces, ¿hay que competir con tu entorno para ser el más viril y el alfa? ¿Solamente ese alfa podría seducir mujeres o, al menos, elegir?

Si piensas sobre ello es posible que deduzcas que intentar ser "alfa", además de suponer la interpretación de un papel, no es tan imprescindible. Evidentemente, como he dicho, algunas de esas características son atractivas, y es bueno potenciarlas si se tienen, pero no resultan indispensables. Salvo, claro, que no tengas otra cosa que ofrecer y necesites llamar la atencion así; lo cual es lícito, lógico y respetable.

Además, podríamos entrar en otra cuestión: ¿Qué es ser alfa? Porque en el mundo anglosajón, vendría a ser algo así como ser la estrella del grupo, el más gracioso, extrovertido y "chulo", vestido acorde con la teoría del pavoneo de Mystery. Sin embargo, en España (deducción personal de Alfred) ser alfa en muchos casos supone lo contrario: ser un poco "pasota" y no intentar destacar. ¿Por qué? Porque estás tan seguro de ti y de tu masculinidad que no necesitas demostrar nada (creo que esa actitud se llama de "hombre beta"). Sin querer, transmites con otras cosas.

Veamos el ejemplo de uno de nuestros personajes más respetados y atractivos: ¿Alguien se imagina a Iker Casillas haciendose el gracioso? Él está convencido de lo que hace y es, que no necesita hacer eso ni ninguna otra cosa para llamar la atención. Pero también encuentro ejemplos hollywoodienses: como Brad Pitt, quien seguro de su virilidad y atractivo, cede todo el protagonismo a su mujer. Contrastando con ello tenemos el alfismo sobreactuado tipo Tom Cruise, que es el más extendido en la Seducción Científica y que en los paises latinos resulta muy artificial.

Saludos,

A.P.