martes, 26 de mayo de 2009

¿En qué piensan las mujeres? (y IV)
















Siempre me han gustado las historias con moraleja o mensaje, y por eso soy un amante de los cuentos de casi todo tipo, cultura o procedencia. Creo que son una gran forma de transmisión de saber, pues plasman con claridad esquemas y mecanismos que normalmente son más difíciles de percibir, y que permiten comprenderlos mejor que con una definición o explicación teórica.

Además, el aprendizaje extraído siempre será así más "personal". Por eso hoy os dejo un par de casos reales, ejemplos de lo que las mujeres quieren y creen querer:

Tengo una sobrina adorable de año y medio. La muchacha tiene un genio increíble, con lo que suele salirse con la suya. Un buen día, una de sus tías decidió hacerla rabiar, y la pequeña se molestó mucho y se alteró hasta rozar la histeria: gritó, lloró y berreó.

Al rato, la chica que la había llevado a ese estado anunció que se marchaba de la casa donde estábamos... ¡y mi sobrina quería irse con ella por iniciativa propia! Entonces el enfado pasó a ser con su madre, por no dejarla...

No estoy diciendo que haya que "darles caña" por sistema (hacerlo puntualmente es útil). Pero está claro que todos necesitamos estímulos, y en especial las mujeres. Y si no se tienen, se buscarán... aunque sean negativos, como en el ejemplo.

También tengo una amiga que le era infiel a su novio a menudo, mientras se arrepentía por ello y afirmaba: "lo peor es que tengo el novio que toda chica querría tener". Pues bien, como en tantos otros casos, la frase me resulta graciosa, pues junto a la situación, forman una paradoja: algo contradictorio, que se niega a sí mismo.

Ella anteponía una visión (quizá universal, ni siquiera la suya personal) del novio racionalmente perfecto a la realidad. Y así, su teoría no tenía ninguna relación con sus actos.

Con éstos mostraba las cosas que le gustaba hacer (salir, ligar...) y lo que le atraía en un chico, (aventura, etc.) mientras falseaba sus sentimientos hacia su novio, e incluso la relación en sí. Y también negaba que él fuese alguien "con quien cualquier chica querría estar" (pues, que yo sepa, ella es una chica cualquiera también).

Era un ejemplo andante de cómo la programación social y el autoconvencimiento lleva a increíbles extremos de autoengaño, con lo que éste conlleva de engaño a los demás y, tristemente, a su pareja en especial.

Pensad sobre ello y los casos que veáis.

Saludos,

A.P.

seduccionpractica@hotmail.es

2 comentarios:

  1. El estimulo funciona, eso está más que comprobado pero resulta insultantemente fácil pensar que en realidad nos contradecimos constantemente y nos empeñaos en confundir lo que queremos y lo que creemos querer.
    No obstante aún cuando creemeos que queremos algo, la mayoría va aconseguirlo.
    Saludos.

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  2. Hola AP.

    Pues es el cuento de nunca acabar. Instintivamente las mujeres necesitan dos hombres: el que las copula y el que mantiene y ayuda con los hijos del primero. Así era en la antiguedad y los genes siguen en la prehistoria

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