lunes, 15 de junio de 2009

Tu etiqueta















Ya comenté una vez que mientras los chicos clasificamos inmediatamente a las chicas en "follables" y "no follables", ellas (salvo casos sueltos con determinada predisposición) necesitan evaluarnos y probarnos para saber si somos aptos para ellas, durante lo que llamé el proceso de cortejo.

La explicación, una vez más, la encontramos en la evolución. Y la repito, aun a riesgo de ser pesado: los hombres intentamos esparcir nuestra semilla lo más posible para perpetuar nuestra estirpe, y por tanto sólo necesitamos que la mujer sea "aceptable". Sin embargo, ellas necesitan elegir muy bien al padre del que en teoría sería su futuro hijo; porque además no podrá elegir otro hasta dentro de casi un año. Podríamos decir quea nosotros nos importa más la cantidad y a ellas la calidad.

Ese es el motivo de que normalmente sean más exigentes. Y de que, al igual que en los animales, existan varones que copulan con muchas mujeres, pues ellos pueden permitírselo (no tienen embarazos) y ellas quieren recibir los mejores genes, los del mejor individuo.

Sin embargo, en el fondo os hice una simplificación del proceso, pues el algoritmo de selección que les he decodificado es complicado, y en aquella explicación, para no enredar, me ahorré un paso del mismo: las tías también nos clasifican rápidamente en dos grupos. Después te prueban y te miden, sí; para eso está el cortejo. Pero previamente a él, ya en cierto modo te determinan como "follable" o no.

Desde que te ven por primera vez y/o cruzáis las primeras palabras, ya saben si eres un (posible) amante o un (posible) amigo. Siempre "posible", pues una vez clasificado en una de las dos categerías, es cuando llega el proceso de corte. Las tías necesitan dos pasos, uno para saber a qué saco correspondemos, y otro para ver si tenemos nivel dentro de ese saco. Los hombres, sin embargo, hacemos las dos cosas en una cuando las clasificamos a ellas.

Nosotros pensamos: follable-amante/no follable-amiga desde un primer momento, pues nos basamos en gustos personales, así que todo está bastante claro. Las mujeres, por su parte, saben inmediatamente a qué grupo correspondes, si eres un "macho inseminador" o un "acompañante". La diferencia radica en que ese dato no es definitivo, pues es algo general, objetivo. Luego necesitan valorar si, en cualquiera de las dos cosas, eres su tipo o suficientemente bueno para ellas. Y para eso sirve el cortejo (que a veces pueden saltarse excepcionalmente, pero siempre atenderán a la clasificación primigenia).

Pondré un ejemplo de la diferencia entre ambos pasos: todos conocemos el caso de alguna chica que piensa que un chico está bueno (y quizá, que también tiene otras virtudes.) Incluso puede decir de él que "tiene mucho peligro", afirmación que demuestra que efectivamente es un inseminador y que no estamos ante un problema de conflicto de gustos reales con inculcados. Pero a ella, personalmente, no le atrae: si bien desde un principio sabía que era un inseminador, no fue su tipo, o no pasó (quizá ni le dejó intentarlo) el cortejo de esa tía en concreto.

Por tanto, debes de tener cuidado con el saco en el que caes cuando conoces chicas. Pues esa etiqueta que inmediatamente te ponen será muy difícil de quitar después, ya que lo que hagas se observará y juzgará desde esa óptica preestablecida, filtrándose conforme a ella el significado de toda acción. Es como lo que les sucede con viejos amigos; las mujeres desde un principio e inconscientemente los tienen en el saco de los amigos y nunca consideran como posibles amantes.

Sería extraño que las mujeres no realizasen ese juicio inmediato o intuitivo, teniendo en cuenta que sus primeras impresiones son mucho más acertadas que las nuestras. Además, ya lo decía Oscar Wilde: "Sólo las personas superficiales no creen en las apariencias".

Un saludo,

A.P.

seduccionpractica@hotmail.es
Facebook "Alfred Pletora"

3 comentarios:

  1. Y a Oscar wilde le añadiría algo que leí y no sé de quién es: No hay una segunda oportunidad para causar una primera buena impresión.

    Verdad casi absoluta.

    Saludetes.

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  2. ¿"No follables" son las que están casadas, verdad?
    ¿No? ¿Son entonces las que no son atractivas?
    Hum, me parece que para la gran mayoría de los tíos (salvo "casos sueltos con determinada predisposición") todas somos follables.

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